Los clubes
de fumadores de cannabis deberán situarse a 300 metros de distancia de escuelas
y centros de salud, y también tendrá que guardar un mínimo de 500 metros entre
locales destinados a la misma actividad. Su horario de apertura será de ocho de
la mañana a diez de la noche, no se podrán ocupar espacios públicos como
terrazas y no podrán entrar menores de edad. Además, tampoco se podrán situar
en espacios donde está prohibido fumar, como centros deportivos o comerciales.
Estas son las líneas maestras de la nueva ordenanza reguladora de la ubicación
de los clubes sociales de fumadores de cannabis, aprobada inicialmente ayer por
el pleno de Girona con los votos a favor de todos los grupos excepto el PP, que
se abstuvo.
La ordenanza
gerundense está muy inspirada en la de la ciudad vasca de San Sebastián,
pionera en este ámbito. El concejal de Urbanismo y actividades, Carles Ribas,
reiteró que el Ayuntamiento ha decidido llevar a cabo esta ordenanza porque
cada vez recibían más peticiones para abrir este tipo de local y la Generalitat
no tiene una normativa que los regule. “Esta aumento de la demanda nos ha hecho
reflexionar, y han tener claro que desde el ámbito local teníamos que
reaccionar”, explicó Ribas. Para el regidor es vital proteger tanto el derecho
de las personas a fumar cannabis para uso sanitario y recreativo como proteger
los centros escolares y de salud situándolos a una cierta distancia, que en
este caso será de 300 metros.
En principio,
los dos clubes que ya funcionan en la ciudad podrán continuar ejerciendo su
actividad. Ribas, sin embargo, explicó que habrá que hacer una guía de buenas
prácticas y elaborar un protocolo para garantizar la convivencia y dar
respuesta a cualquier tipo de queja, peticiones en la demanda.
Y en
general, los grupos de la oposición aplaudieron que el Ayuntamiento haya
decidido hacer esta regulación, ya que se trata de una actividad cada vez más
habitual. Sin embargo, la portavoz del PP, Concepción Veray, consideró que se
trata de una ordenanza “precipitada”, ya que hay una subcomisión en el
Parlamento de Cataluña que está estudiando este tema. Por eso, Veray cree que
se debería haber esperado a tener las conclusiones de este grupo de trabajo
antes de crear una ordenanza propia. “Lo más prudente sería estar en contacto
con el Parlamento, no pasar por encima de la Generalidad”, indicó la portavoz
popular.
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