Sin embargo, existen asociaciones de consumidores en España y en todo el mundo occidental que abogan por un cambio de políticas que permita al fumador de marihuana abandonar el terreno de inseguridad jurídica en el que dicen estar, por ejemplo, los consumidores españoles. "La ley actual sólo beneficia a las mafias y está anticuada. Está redactada contra el tráfico de heroína de los años ochenta. Ahora sólo sirve para atacar a ciertos movimientos sociales". Esta es la opinión de José Afuera, de 35 años y presidente de La Maca (Movimiento Asociativo Cannábico de Autoconsumo), con sede en distrito barcelonés de Sants.
Nadie puede superar los 60 gramos al mes, excepto por causas médicas muy justificadas. Con todo y que los nuevos socios sólo logran esa condición si la recomienda otro, se ha dado algún caso de deslealtad en la forma de venta del sobrante de un nuevo asociado a terceros con ánimo lucrativo. Se trata de una práctica totalmente prohibida por los estatutos y su autor es inmediatamente expulsado. "Tenemos normas muy estrictas", afirma Afuera.
"Sin las incautaciones policiales que hemos sufrido últimamente, habríamos llegado a la previsión colectiva de este año, que era de 260 kilogramos", añade este consumidor de cannabis y a la vez presidente de La Maca y de la federación de asociaciones cannábicas de Catalunya.
Afuera reconoce que dentro de las asociaciones o colectivos cannábicos hay grados de seriedad, cuando no aprovechados que acaban traficando bajo la apariencia de asociación. En ello, quizá sin quererlo, coincide con el comisario Capell. "Hay quien se piensa que por tener cubierto el trámite de inscribirse en el registro de asociaciones de Interior se puede hacer lo que se quiera", puntualiza este alto mando policial. En ocasiones, se esgrime esa condición registral para evitar la acción policial, lo que resulta completamente inútil. La policía, porque es un mandato legal, debe esclarecer cualquier tipo de tenencia. Sin embargo, después los jueces reconocerán o no la existencia de lucro o dolo en la actividad de una asociación o, en cambio, su carácter colectivo y sin interés pecuniario.
Afuera asegura de forma vehemente que no ha habido en España una sola condena por autoconsumo. Y de hecho existe jurisprudencia, tanto del Tribunal Constitucional como el Tribunal Supremo, en la que se da por admitida la validez, en determinadas circunstancias, del autoconsumo colectivo. Podría tener lógica lo que asegura el presidente de La Maca. Nadie ha sido condenado por autoconsumo colectivo porque en cuanto se produce una condena es porque no se apreciaba esa conducta sino una delictiva, la que se corresponde con la de tráfico de drogas, o, como viene tipificado en el Código Penal, con un delito contra la salud pública.
Recientemente, los Mossos d'Esquadra han entrado en varios locales de asociaciones de consumo de cannabis y los han registrado. En alguno se ha encontrado droga comprada en el mercado negro porque no se alcanzaba la necesaria para cubrir el autoconsumo de los socios. La policía lo tiene claro. Eso es tráfico. De hecho, colectivos como La Maca están en contra de "las falsas asociaciones que actúan como coffee shop", insiste Afuera.
El debate sobrepasa las fronteras españolas. Existen activistas en pro de la legalización del cultivo y autoconsumo de cannabis en muchos países. Desde la presidencia de la República Oriental del Uruguay se ha lanzado la propuesta de regular la compraventa de marihuana y el pago de impuestos especiales. El debate se ha contagiado a países vecinos como Argentina y Brasil, y hasta en México empiezan a oírse voces en esa dirección. José Afuera cree que ese es el camino. Por ahora, el comisario Capell seguirá aplicando la ley existente.
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