Agentes nacionales, uniformados y de paisano, intervinieron ayer
aproximadamente medio centenar de plantas de marihuana que la Asociación
Pontevedresa de Estudios del Kannabis (APEK) cultivaba en su sede social del
casco histórico pontevedrés. Los policiales llevaron a cabo esta redada, la
segunda en algo más de un mes, bajo mandato del juez que instruye un
procedimiento que tuvo su origen en la primera intervención de la PolicíaLocal.
Fuentes de la comisaría precisaron, asimismo, que los cultivos
aprehendidos se encontraban en dos invernaderos que, en principio, parecían ser
muy recientes. Además de la marihuana, los agentes se incautaron de útiles para
el cultivo de marihuana, como pueden ser focos, ventiladores, temporizadores o
deshumidificadores, así como toda clase de documentación.
Al parecer, el juez del caso solicitó expresamente en su auto la
intervención de la documentación con el fin de determinar o esclarecer si
existen indicios de delito en la conducta de los responsables de este local.
De hecho, en este marco, el magistrado pontevedrés ha imputado a
la junta directiva de la asociación. En este sentido, fuentes próximas al caso
remarcaron que tal circunstancia lo único que busca, en principio, es
garantizar los derechos de estas personas, de tal modo que en septiembre
presten declaración acompañados por un abogado.
Así lo confirmó un responsable del local de la calle San
Nicolás, quien se mostró muy crítico con lo que ha estado ocurriendo en las
últimas semanas: «Llevamos tres años diciendo lo que hacemos y jamás tuvimos
ningún problema. Nos preocupa lo que puedan pensar los vecinos de nosotros como
consecuencia de esta operación».
Este pontevedrés de 43 años remarcó que nunca ocultaron la
actividad que llevaban a cabo, ni siquiera al fiscal antidroga provincial «con
el que me reuní para informarle de lo que hacíamos». En este sentido, apuntó
que «no nos escondemos. Cultivamos [marihuana] para fumar», precisó el máximo
responsable de APEK, quien lamentó que lo sufrido ayer es semejante a que «si
te vinieran a atracar con un Kalashnilkov».
Junto con APEK se estima que en Galicia coexisten cerca de una
decena de colectivos que fomentan el cultivo de marihuana para el autoconsumo
de sus socios. Hasta el momento, no se tenía constancia de ninguna operación
policial contra este tipo de clubes que, según determinadas fuentes, se mueven
en una zona ambigua de la legislación, ya que el Código Penal condena el
cultivo de drogas.
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