Este verano la Dirección General de Tráfico (DGT) ha
lanzado una campaña para perseguir a las personas que conducen bajo los efectos
de las drogas. El 9 de julio, el Ministerio de Interior informaba de
la realización de “controles preventivos de drogas en la carretera”. Diez días
después emitía una nota de prensa en la que informaba de que “uno de cada dos
conductores que presentaba algún tipo de sintomatología había dado positivo”.
Conducir un vehículo bajo los efectos de un psicoactivo es una
situación en la que se puede poner en riesgo a otros. Por ese motivo parece
razonable poner en marcha medidas que eviten que terceras personas se vean
perjudicadas por una conducta irresponsable. Pero este tipo de actuaciones deben
hacerse con todas las garantías, y en el caso que nos ocupa hay algunos puntos
oscuros.
En los controles de alcoholemia están claramente validados los
instrumentos y técnicas que permiten determinar si una persona conduce bajo los
efectos de una sustancia. Sin embargo, las páginas web del Ministerio del
Interior, la DGT o el Plan Nacional sobre Drogas no facilitan
información clara sobre los métodos de detección de psicoactivos, su
validez, fiabilidad, tasas de falsos positivos y falsos negativos...
Existen suficientes indicios para sospechar que algunas de las
pruebas utilizadas no distinguen bien entre un consumo reciente y el consumo en
las 24-48 horas previas. Un recurso ante este tipo de multas puede
tener bastantes posibilidades de prosperar.
También llama la atención que el foco de la información se haya
centrado en algunas sustancias ilegales (cannabis, cocaína y anfetaminas), sin
hacer ninguna reflexión sobre las personas que conducen bajo los efectos de
benzodiacepinas, antidepresivos, antihistamínicos y otros fármacos
legales que pueden afectar a la conducción. Una campaña destinada a
concienciar a médicos y pacientes de este peligro probablemente sea más
eficiente que transmitir ideas exageradas y alarmistas.
Porque, según cifras de la propia DGT, solo el 1,8% del total de
los controles de alcoholemia que se realizaron en el último año dieron un
resultado positivo, lo que contrasta con el 56% de positivos a drogas ilegales
en la primera semana del mes de julio. En su comparecencia, el ministro del Interior
felicitaba a la Guardia Civil por su “ojo clínico”.
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