No existe un
censo fiable del número de clubs ni del de fumadores asiduos a ellos, pero se
calcula que en nuestro país existen entre 400 y 500 clubs sociales de este tipo
al que asisten unos 100.000 de los 3 millones de fumadores de cannabis que hay
en España. Así lo resume Martín Barriuso, expresidente de la FAC (Federación
Asociaciones de Cannabis), organismo que intenta regular el sector.
Barriuso
interpreta que “no todos los que fuman van, mucha gente prefiere cultivar por
su cuenta y otros están acostumbrados a los productos del mercado negro”.
“También está el miedo a ser reconocido como usuario, algo que sigue estando
muy mal visto”, advierte el portavoz. La FAC sospecha “que la razón principal
es que el ambiente represivo retrasa la aparición de clubes en muchos sitios, y
no hay dónde apuntarse”.
Por
su parte, Barriuso considera que “la ventaja mayor es salir del mercado ilegal,
con sus precios excesivos, el aire de clandestinidad, la inseguridad sobre el
origen y composición de lo que consumes, etc. También aporta dignidad al no
tener que moverte en ambientes marginales para comprar y poder compartir tus
experiencias con gente como tú. Además, en los clubes hay más información y se
realizan otro tipo de actividades formativas, festivas y
reivindicativas”.
En la FAC,
“tenemos una serie de procedimientos de control, que incluyen el peritaje
externo de los cultivos, y estamos elaborando un código de buenas prácticas,
para lo cual EUSFAC, la sección vasca de FAC, ha contratado a un investigador
del Instituto Vasco de Criminología”.
Básicamente
porque les están criminalizando: “Tenemos constantes problemas con los jueces
y, sobre todo, con la policía, consistentes en incautaciones, allanamientos,
detenciones e imputaciones por tráfico de drogas. La mayoría de jueces lo
tienen claro y archivan los casos e incluso ha habido varios casos de
devolución de la marihuana incautada. El problema es que no hay una regulación
clara del uso personal y del autocultivo y nos encontramos en una inseguridad
jurídica total. Si hay una denuncia, la policía considera que debe intervenir,
aunque sepa de antemano que el caso acabará en archivo”.
Suele
depender del policía que te toque y del tipo de club. Se han dado casos de
clubs sociales grandes que se dedican a la comercialización más que al
autoconsumo. “En la FAC no nos gusta el modelo de club grande con carácter
comercial, entendemos que no se puede garantizar la transparencia y la gestión
democrática y que hay riesgo de manipulación por intereses comerciales”
Barriuso:
“Tenemos constantes problemas con los jueces y sobre todo con la policía:
incautaciones, allanamientos, detenciones e imputaciones por tráfico de drogas”
Si quieres
encontrar los clubes destinados a este fin asociados en tu comunidad, busca sus
contactos en las asociaciones y clubs de la FAC. Es difícil dar con ellos,
según Barriuso porque “los únicos que tienen que saber dónde está el club son
los miembros. Es un grupo cerrado donde se entra por invitación y no tiene
sentido publicitar dónde está la sede. De hecho, cuando se dan muchas facilidades
para encontrar el club, o su ubicación está pensada para que la gente lo vea,
hay que pensar que eso no es un circuito cerrado con plazas limitadas, sino un
punto de tráfico camuflado de otra cosa. Ser un verdadero Club Social de
Cannabis es mucho más que ponerse el nombre”.
Visto en : http://www.marihuanasemillas.com/una-alternativa-social-cada-dia-mas-visible/
Noticia:
http://www.zoomnews.es/67523/estilo-vida/tendencias/clubs-sociales-fumadores-cannabis-espana
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