El consistorio ha recibido
muchas quejas vecinales por la instalación y las molestias ocasionadas por
diversas asociaciones cannábicas. Se concentran en buena medida en el distrito
de Ciutat Vella, fruto de una "proliferación" de este tipo de
asociaciones en los últimos tres años.
Según ha explicado la jefa del
servicio de atención y prevención a las drogodependencias de la Agencia de
Salud Pública de Barcelona (Aspb), Teresa Brugal, con motivo de la presentación
este miércoles del Informe de Salud Pública de Barcelona 2012, el Ayuntamiento
está haciendo una "búsqueda activa" de este tipo de locales, en base
al registro de entidades federadas y a la publicidad que hacen a través de
Internet.
El gerente de la Aspb, Conrad
Casas, ha recordado que el único requisito necesario a día de hoy para
constituir un club de fumadores es registrarse, lo que ha dado pie a la
existencia de diferentes tipologías y hace difícil controlar su actividad,
puesto que no son locales de libre concurrencia -solo se aceptan socios- y
legalmente la Administración solo puede entrar en caso de que haya indicios de
delito.
El objetivo municipal es
estudiar la posibilidad de regular su ubicación mediante ordenanzas municipales
-evitando su cercanía a colegios u obligando a instalar salidas de humos, por
ejemplo-, si bien el Ayuntamiento ha recordado que la misma Generalitat trabaja
con los grupos políticos y asociaciones para una eventual regulación de este
tipo de locales y que, en cualquier caso, quiere "evitar la banalización
del consumo" del cannabis. La futura normativa también
incluiría buenas prácticas como una edad mínima de entrada, número máximo
de socios y limitaciones horarias, entre otros aspectos.
Perfil de consumidor y adicciones
Brugal ha subrayado que la proliferación de los clubes de fumadores no ha ido
asociada a un aumento del consumo de marihuana, que se muestra estabilizado
desde hace años, también entre los jóvenes, aunque ha apostado por una
"regulación estructural", ya que este tipo de asociaciones ha crecido
en base al vacío legal que existe sobre su figura.
En cambio, los inicios de
tratamiento por adicción al cannabis han aumentado -alrededor de 500 personas
cada año-, y ya suponen el 13% del total de casos tratados por adicción a
drogas, gracias en parte a la mayor concienciación.
El perfil mayoritario de estas
personas es el de un hombre de entre 25 y 35 años que lleva cerca de una década
fumando marihuana, y que llega a los servicios municipales derivado por los
sistemas sanitarios, por petición de la familia o incluso por indicación de las
fuerzas del orden pública, en caso de que sea menor y sea sorprendido en la vía
pública.
La pérdida de memoria, la psicosis inducida y los problemas laborales
son algunos de los síntomas que presentan, aunque Brugal ha recordado que
cuantos menos años de adicción, menor alteración de los neuroreceptores y por
tanto más fácil resulta abandonar esta conducta de riesgo.
Noticia: http://www.cadenaser.com/catalunya/articulo/200-clubes-cannabis-barcelona/csrcsrpor/20131204csrcsrcat_16/Tes
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