Para una
regulación de todos, que se escuche tu voz!
Desde la Federació d’Associacions
Cannàbiques de Catalunya (CatFAC) queremos
felicitar a las administraciones de este país por, como en otros ámbitos, poner
la mirada en los movimientos de Europa y a nivel internacional que hoy nos
apuntan a ser valientes y dar un paso adelante hacia las políticas de drogas
que priorizan la salud de las persones consumidoras y la actuación sobre los
riesgos y los daños asociados al consumo, acabando así con la prohibición y la
lucha contra las drogas que ha generado más víctimas y problemas que las
propias drogas.
Las asociaciones de personas
consumidoras de cannabis venimos de un recorrido de lucha social para
conseguir reconocer nuestros derechos civiles. Nuestra voz empezó a escucharse
a través del autocultivo que poco a poco cogió la forma de agrupaciones
colectivas de consumidoras que sumaron esfuerzos y representación. Hoy,
formamos parte del tercer sector social de este país y trabajamos activamente
por la cohesión social, la normalización del uso terapéutico del cannabis y la
reducción de riesgos asociados al consumo estando en contacto con otros
movimientos sociales de la ciudad.
Somos conscientes de la explosión cannábica
que ha abierto las puertas y se ha asentado en Catalunya; Se trata de la
aceptación social que evidencia nuestra realidad, pero también nos deja
entrever una carencia de normativa que ordene y regule nuestra actividad así
como una incompatibilidad, en muchos casos, con la legislación estatal que
todavía nos dispone en una incoherencia que nos lleva a la inseguridad
jurídica más perversa en nuestro día a día.
Desde la CatFAC entendemos que un proceso de
regulación aporta ventajas importantes como aumentar el
conocimiento sobre los fundamentos legales de una asociación, control de las
condiciones de salubridad y higiene de los locales, elaboración de
intervenciones específicas para las persones consumidoras terapéuticas, conocer
las pautas de consumo, facilitar el acceso a población usuaria de drogas para
establecer métodos de detección precoz, prevención de riesgos y reducción de
daños, conocer mejor el fenómeno e intervenir con más eficacia, evitar el
contacto con el mercado negro, posibilidad de controlar la composición, la
potencia, la adulteración de la planta y sus derivados, counseling sobre los
métodos de administración (vaporizadores / cigarrillos electrónicos /…),
diferenciar el consumo de cannabis de otras drogas, programas de prevención
específicos sobre drogas y conducción, reducción de la exposición de humo a no
fumadores, auto-detección del consumo problemático, entre otros.
Por todos estos motivos, defendemos una regulación coordinada a nivel nacional y municipal.
Entendemos que una no tiene sentido sin la otra y por eso desde aquí, instamos
a la Generalitat a liderar este cambio de paradigma. Hacen falta criterios
generales establecidos desde el gobierno del país que sean justos y coherentes
para todas las asociaciones y personas consumidoras. Una política pública de
drogas que después cada municipio podrá concretar dentro de sus competencias y
adaptar a su realidad.
Defendemos también ser partícipes porque entendemos que la voz de las persones consumidoras, así como la de
otros actores implicados, tiene que formar parte del diseño de las políticas
públicas que nos afectan. Es por eso que solicitamos al Gobierno de la
Generalitat y al del Ayuntamiento de Barcelona, que ahora inicia su proceso,
que haga público un calendario de reuniones con la sociedad civil organizada y
así hacernos partícipes de estos canales que seguro enriquecerán el diálogo y
el trabajo conjunto.
Pedimos a la Generalitat:
- Registro específico de asociaciones cannábicas que
facilite el control y seguimiento.
- Un protocolo de Buenas Prácticas y Convivencia que
regule cuestiones como las limitaciones de acceso, gestión económica y
distribución, promoción, formas de funcionamiento interno, etc.
- Registro de cultivos y protocolo de transporte
específico: las asociaciones cannábicas se fundamentan en el cultivo compartido
y la lucha contra el mercado negro y es por este motivo que hay que
regular su actividad, generando autorizaciones específicas para los cultivos,
limitación de plantaciones y peritaciones oficiales para hacer un control de
los mismos. De acuerdo con el registro de cultivos habrá que elaborar un
protocolo específico de transportes.
- Crear organismos reguladores donde las agrupaciones
de asociaciones podamos desarrollar un papel como representantes de los
consumidores y las consumidoras haciendo una función de control a través de los
sistemas de auditorías que se establezcan.
- Protocolo policial específico que vele por el
cumplimiento de las diferentes normativas.
Pedimos en los ayuntamientos:
- Teniendo en cuenta su situación privilegiada de
proximidad con la ciudadanía, entendemos que pueden ofrecer la garantía para
que todas las asociaciones cannábicas cumplan con la inscripción a los
registros públicos pertinentes y hacer el control en base al Protocolo de
Buenas Prácticas y Convivencia, antes mencionado, así como a los registros
específicos de cultivos.
- Establecer una licencia de apertura de local social
que determine cuestiones imprescindibles de seguridad, salubridad, higiene y
condiciones mínimas necesarias para evitar molestias con el vecindario pero
definiendo la licencia por tramos en función de las persones socias de la
entidad y, por tanto, de la concurrencia del local. Entendemos que no tiene
sentido equiparar una asociación de barrio sin ánimo de lucro a la pública
concurrencia en algunas cuestiones que pueden diseñarse de forma variable.
- Regular la apertura de asociaciones estableciendo un
régimen de distancias entre ellas alrededor de los 50m teniendo en cuenta las
diferentes realidades de los barrios de la ciudad y de la idiosincrasia de las
asociaciones. Regular también la distancia entre las asociaciones y los
equipamientos sensibles como los centros educativos dejando una separación de
100m.
- Establecer un horario de apertura de los locales que
puede oscilar entre las 8h y las 22h (y las 24h viernes, sábado y noches
previas a festivos). Sin ninguna voluntad de querer adoptar un papel en el ocio
nocturno, entendemos que hace falta adaptarse a la realidad y hacer de la asociación
un espacio útil para las persones consumidoras. Así pues, entendemos que el fin
de semana tiene sentido disponer de un horario ampliado que evite el mal uso
del espacio público.
Por todo esto, nos ponemos a disposición de las
administraciones para colaborar y ofrecer el conocimiento que desde las
persones consumidoras y las asociaciones que representamos hemos ido
construyendo.
Hoy vemos con esperanza nuestras demandas que
esperamos que bien pronto podamos, entre todas y todos, concretar.
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