LOS ÁNGELES, California - En su pequeño barrio, East Hollywood, de apenas 2.38 millas cuadradas, David Bell ha contado unos 17 dispensarios de marihuana, que igual, dice, atienden a enfermos terminales que a simples adictos.
"¡Hay tres dispensarios en la cuadra de mi
casa!", afirma Bell, quien es presidente del Consejo Vecinal de esa
comunidad, donde seis de cada 10 habitantes son de origen hispano. "Lucen
como una plaga en nuestros vecindarios", comenta el activista sobre estos
sitios.
Desde hace más de tres años, el Gobierno de Los Ángeles
no ha logrado controlar a los colectivos que, con la venia de los votantes,
proveen la droga a personas con graves padecimientos. Su ordenanza pudo reducir
su número de 800 a 300, pero se ha topado con barreras legales por unas 50
demandas que pesan en su contra y un fallo pendiente en el Tribunal Superior de
California.
Por si fuera poco, han surgido conflictos dentro del
Concejo municipal respecto a cómo proteger a los pacientes sin permitir la
proliferación de los colectivos. Ayer, se inició el debate de una moción del
concejal Paul Koretz que propone "un segundo enfoque más razonable" a
una propuesta de ley de su colega José Huízar, la cual pide prohibir por
completo la distribución de la marihuana.
El temor de Huízar es que el Tribunal Superior de
California invalide una ordenanza de Long Beach que se redactó imitando a la de
Los Ángeles (permitiendo la venta de la hierba en sitios alejados de escuelas,
templos y parques) y ver de regreso a los dispensarios ilegales.
Pero a Koretz le preocupa que esta "prohibición
gentil", como la llama Huízar, impida el acceso a la marihuana para las
personas que realmente la necesitan para mitigar sus dolores. Por eso ha pedido
que cambie el lenguaje original de la legislación.
"Un segundo enfoque más razonable para el
cumplimiento podría incluir una limitada solicitud de inmunidad por la cual la
Ciudad procedería con una prohibición en los dispensarios, pero utiliza su
discreción fiscal para abstenerse de cualquier aplicación de la ley contra una
limitada cantidad de colectivos que no violen un conjunto de normas impuestas
por el municipio", explica el edil.
Este plan ha encontrado un fuerte apoyo por parte de los
dispensarios establecidos formalmente, de los pacientes, incluso de
organizaciones religiosas.
"La moción de Koretz es la mejor solución a un gran
problema que se ha salido de control", dijo Yamileth Bolaños, presidenta y
fundadora de la Alianza de Colectivos del Área de Los Ángeles.
Christina Chong, una mujer que padece los efectos de una
mala operación en la columna vertebral, asegura que la marihuana ha sido la
única opción natural para reducir su dolor. "Por 16 años había tomado
muchos medicamentos, decenas de miles de píldoras", dijo. "Estoy a
favor de las regulaciones, pero, por favor, hagan lo necesario para mantener
esta alternativa para las personas que la necesitamos", dijo a los
concejales.
La moción de Koretz, en tanto, comenzó un largo camino en
el Concejo municipal. Ayer fue turnada a los comités de Planeación y Seguridad
Pública; luego regresará al pleno del Cabildo.
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