dijous, 19 de juliol del 2012

Actualmente una legislación más permisiva abren nuevos caminos a los enfermos, que pueden encontrar soluciones alternativas a la farmacología tradicional


Todos tenemos una opinión sobre la legalización de la marihuana, compartimos una serie de símbolos o iconos reconocibles en todo occidente y los medios de comunicación siempre se hacen eco de los descubrimientos en este tema. La apertura el pasado mes de mayo en del Museo del Cannabis más grande del mundo ha encendido otra vez la mecha de un asunto que nunca deja de estar de actualidad.
 
Esta semana se ha hablado mucho también de la legalización de la Marihuana en Uruguay y del estreno en Barcelona de la película Mr.Nice, basada en la vida del ex traficante Howard Marks, pero si hay un tema que suele crear consenso y que siempre suscita interés son los estudios que se realizan en diversas universidades del mundo sobre la utilización del cannabis con fines medicinales. 

La legalidad ampara al cannabis medicinal en muchos países europeos (España, Reino Unido, Italia, Alemania…), y páginas en internet ponen a nuestra disposición una gran variedad de semillas de marihuana y útiles para su consumo con total legalidad y normalidad. Su eficacia paliando el dolor y los síntomas en enfermedades como la esclerosis múltiple, la Fibromialgia, el cáncer o el VIH, es avalada por estudios publicados en importantes revistas científicas (Neuropsychopharmacology publicó un estudio de la Universidad de California sobre el uso de marihuana en pacientes con VIH).

 
Los trastornos nerviosos que suelen manifestar los pacientes seropositivos (una neuropatía sensorial caracterizada por calambres, dolor intenso y hormigueo en piernas y pies que afecta a uno de cada tres enfermos), pueden disminuir hasta en un 34% en pacientes tratados con cannabis. Fumado con vaporizador  tiene una largo historial con resultados acreditados, aunque la andadura del cannabis medicinal nunca ha estado exenta de críticas y suspicacias. La historia del VIH, una enfermedad que sufrían en Europa en el 2009 1,4 millones de personas, también ha estado llena de malentendidos y prejuicios.
Sin embargo, ahora disfrutamos de una libertad impensable hace no mucho, pese a que desde los años ochenta y como se señala en un artículo sobre el doctor Donald Abrams, un derivado sintético del cannabis ya se usaba para estimular el apetito de los enfermos de SIDA. Actualmente los abordajes terapéuticos más abiertos y una legislación más permisiva abren nuevos caminos a los enfermos, que pueden encontrar soluciones alternativas a la farmacología tradicional.  

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