divendres, 27 de juliol del 2012

"Es increíble la cantidad de gente que consume una realidad que pretende ocultarse


Charlamos con dos docentes (un hombre y una mujer) y con un locutor que cultivan su propia marihuana Dos de los entrevistados pertenecen al grupo Mendoza Cultiva (mendozacultiva@gmail.com, también en Facebook), en el que se agrupa gente que comparte experiencias, conocimientos, semillas y demás.

El debate sobre la legalización del cultivo y consumo de marihuana, de tanto en tanto, salta a las tapas de los diarios, y en un país en el que hay libertades individuales que han sido reconocidas socialmente y protegidas y garantizadas por el Estado, pareciera que esto puede darse en cualquier momento.
Por supuesto, no todos los sectores sociales están de acuerdo con que se legalice. Los tabúes de las religiones, los valores de mucha gente y el millonario negocio detrás de la marihuana son grandes impedimentos para que desde el Estado se despenalice el consumo y el cultivo de cannabis.Sin embargo, hay gente que tiene su propia plantación, no para producir para la venta, sino sólo para el consumo personal. 



Por razones obvias, hemos obviado sus nombres, pero para que no todo sea tan anónimo, dejamos en claro que A es el locutor, B es la docente y C es el docente.

- Partamos de lo más esencial. ¿Por qué cultivan marihuana?

A: Yo, por varias razones. La primera es porque en Argentina lo que se consigue en el mercado ilegal no es de buena calidad, es el típico paragua prensado, que no se parece mucho a la marihuana. Segundo, por que es muy lúdico, es muy divertido el hecho de cuidar la planta, te genera toda otra pasión y te baja treinta mil cambios, lo mismo que otras plantas. Y después, la principal razón, es que por qué no puedo plantar una planta.

B: A mí me pasó que hubo una época en Mendoza, hace un par de años, que había una sequía tremenda, y ahí me lo empecé a plantear, y además hace bastante años que consumo, y cada vez lo que se conseguía era de peor calidad, y también como que ya no me empezó a dar como para meterme en algunos lugares, con alguna gente, y no me pintó más, entonces, a través de un foro español me mandaron unas semillas. Y también es como él decía, uno se empieza a meter en otros temas, porque tiene un grado de complejidad que es toda una actividad nueva. Yo la primera vez que probé flores fueron de las mías, antes no había probado, y realmente es otra la sensación, porque una vez que empezás a consumir flores o a vaporizarlas, es como que te olvidás de otras cosas. Yo dejé de consumir alcohol, al otro día no tengo efectos secundarios, ese dolor de cabeza que te da el prensado, no pasa más. Además está todo el tema de reivindicar tus derechos individuales, de decir, es mi casa, es mi interioridad, tengo derecho a tener en mi casa lo que yo quiera.

C: Yo nunca fumé prensado, porque conocía los efectos nocivos que tiene, y al mismo tiempo, lo que dicen ustedes, cultivar es tu derecho y también te ayuda a tener una relación diferente en torno a lo que se conoce como marihuana, que está establecido como tabú el charlarlo solamente, pero en relación a lo que uno cultiva, estás sacando de un circuito de comercialización a la planta, que quizás lo que te llega no es ni siquiera marihuana. Yo en ese sentido empecé a plantar, en el sentido de consumir lo que yo producía sin tener necesidad de recurrir a lugares que no son muy aptos para una persona. Además, el 25 paraguayo prensado tiene un montón de cosas que hacen mal, y en realidad plantar, regar la plantita, ver cada día cómo va creciendo, como cualquier planta, como decías vos, no creo que tenga una cuestión de fetiche.

A: Es como las abuelas que cuidan las plantas. Mi vieja tiene sus plantas legales, y por ahí es interesante la charla cuando le digo che, mirá, me parece que tiene mucho sol, ponele esto, ponele auqello, o que no es época de poda, yo siempre partiendo del lugar mío, y uno aprende, aprendés un montón, es un lindo hobby.

- Y para la fertilización, el tratado de la tierra y demás, ¿no usan productos químicos?

B: No, nosotros usamos productos orgánicos.

C: A mí me pasó que he plantado diversas plantas, desde pimientos hasta marihuana, y son los mismos métodos, la misma tierra. Para la fertilización le tirás cáscara de huevo o de cualquier fruta y la regás, nada más, no se diferencia de los métodos de cultivo de cualquier otro vegetal.

B. Tal vez lo que tiene como diferencia es que tiene un fruto, entonces en el momento en que empieza a florar y el fruto va creciendo hasta llegar al cogollo le tenés que poner diferentes cosas, pero es verdad, lo que él dice, las plantas que dan frutos utilizan los mismos elementos.

- ¿Creen que hay cierta hipocresía de parte de la sociedad respecto de la marihuana? Históricamente, muchas culturas han usado drogas, ¿por qué occidente las niega?

A: Es complejo el tema, es muy amplio. Tenés desde intereses políticos y económicos directa o indirectamente relacionados con la planta, como producto de consumo personal y hasta industrial, hasta temas religiosos y morales de cada sociedad y persona.

B: Además de que con la planta hubo una campaña sistemática de prohibición desde los años 30 de parte de Estados Unidos. La prohibición parte desde Estados Unidos en 1937, creo, no me acuerdo bien, por motivos raciales, porque la gente que consumía en ese época era la que iba a los clubes de jazz, eran todos negros o mexicanos, entonces se empezó a armar ahí como una estigmatización de esa gente, pero hasta esa época la planta se utilizó en la farmacéutica, de hecho, se utiliza desde el año 8000ac en forma medicinal, y hasta en la parte industrial. Por ejemplo, Ford, en esa época, armaba parte de los autos con el cáñamo industrial, que tiene miles de propiedades para ser explotado, entonces todo eso hizo como un combo que derivó en una campaña prohibicionista que estuvo sostenida hasta ahora.

C: Yo creo que la privación, en el sentido de prohibición y de tabú, se ha establecido en la cultura occidental en diferentes ámbitos, no solamente en el de la marihuana, entonces encerrarnos solamente en el tema de la marihuana nos va a impedir comprender un problema que es más general. Si uno se pone a pensar, hay mucha hipocresía, porque hay muchas cosas que en el ámbito público nadie las hace por miedo a una represión moral o material. No sólo la marihuana está condenada, sino que hasta la homosexualidad es criticada como si fuera una enfermedad.

B: Lo que se condena es todo lo que más o menos te hace salir un poco del sistema. Volviendo a la marihuana, también hay que desmitificar algunas cosas, porque, por ejemplo, hubo toda una campaña en esa época con todas las cuestiones que son las que ahora nosotros creemos, que es que hace mal, como que perdés la memoria y todo eso, que son argumentos orquestados y que la gente que no conoce cree que es así. Yo, por ejemplo, la primera vez que leí sobre la relación entre la marihuana y el cáncer dije “pero qué confiada esta gente, cómo van a creer eso”, desde la ignorancia total lo decía, y cuando empecé a leer y a estudiar me di cuenta de que hay mucho silenciado.

C: Está silenciado, pero al mismo tiempo yo creo que los consumidores que tenemos nuestras plantas tendríamos que darle un contenido a esa idea, en el sentido de que no sea marihuana sí o marihuana no. Hay que darle un contenido, porque, si no, tampoco entiende la gente y todo queda en si la marihuana es buena o es mala.

B: Es que la marihuana no es buena ni mala, eso es una realidad. La marihuana es una sustancia, y vos con la sustancia tenés una relación.

C: Pero el tema es que nos centramos en esa discusión, si es buena o mala, si te cura el cáncer, si te mata, eso no te lleva a ningún lado. Hay que darle un contenido a la práctica que nosotros hacemos, no ponerla “en oposición a”.

A. Después también hay una serie de excusas de por qué a nivel legal esta planta está prohibida, y generalmente hay muchos mitos, alimentados por el mismo tabú. El del cáncer es uno, por ejemplo, o lo típico que decía mi viejo: la marihuana no es peligrosa, pero es el puente a otras drogas más pesadas. Yo hace diez años que consumo cannabis y no me interesa consumir otra cosa.

B: Yo dejé de consumir alcohol.

C: Yo no consumo alcohol y no fumo tabaco ni consumo otra droga. Y al mismo tiempo, me parece que ese tabú también está alimentado por el negocio.

B: Claro, porque es muy simple tener marihuana en tu casa si querés. Se diferencia de otras drogas que a lo mejor necesitan un proceso químico.

- Aunque también hay una campaña comercial que se está explotando a nivel de grandes empresas, con remeras y otros productos con la hoja, que, en todo caso, distancia el debate de lugar desde el que lo plantean ustedes.

B: Por supuesto. E incluso dentro del mismo activismo te encontrás con eso personajes que no sabés muy bien cuáles son sus intenciones. Es como en todos los ámbitos de la vida, donde hay cuestiones políticas, cuestiones comerciales. Nosotros tenemos un grupo y por ahí no nos juntamos con otros grupos u otra gente porque vemos cuáles son sus movidas, te das cuenta de que no están defendiendo la planta, sino que están haciendo negocio. Te vas dando cuenta de quién es quién.

“En la Argentina es increíble la cantidad de gente que fuma”

Por supuesto, la legalización también fue tema para esta mesa. Y, claro, el caso de Uruguay debía estar presente. En este punto fue en el que los invitados dejaron bien clara su posición: no se trata de cambiar de manos el negocio, sino permitir el autocultivo, además de que se detuvieron también en la legislación que pena al consumidor y, peor aún, al adicto.
Respecto de la despenalización, B fue muy clara: “Yo creo en los derechos individuales sobre todo, y nosotros en la Argentina tenemos un derecho individual que está siendo violado. La Constitución, en el artículo 19, dice que en nuestro hogar, mientras no afectemos la salud de terceros, podemos hacer lo que queramos, y no podemos hoy por hoy hacer esto. Lo que sí creo es que, para despenalizar, la gente tiene que tener otro tipo de conocimiento, de información, para que conozca y pueda decidir desde ese lugar, no desde el lugar en el que estamos ahora, que no sé si estamos en condiciones de hacerlo”.

- ¿Qué les parece el proyecto de Uruguay?

A: Desde lo que yo tengo entendido y leído, se partió del hecho de que el negocio básicamente pasaba de manos. De ser un negocio ilegal se pasa a una situación de querer blanquearlo el Estado, que iba a cultivar o a tercerizar el cultivo y vender, pero no se hablaba mucho del autocultivo. Particularmente, desde ese punto no estoy de acuerdo, porque es un cambio de manos. Uno en lugar de ir al mercado ilegal termina yendo a comprarle al Estado.

C: Ahí me parece que una cuestión positiva y otra negativa. La positiva es que el Estado se está haciendo cargo de blanquear una situación que existe, y eso está bueno, porque no pasa desapercibido todo lo que está pasando en todo lo que tiene que ver con el consumo, y  al mismo tiempo está sacando un circuito de comercialización de los narco. Pero también es verdad lo que decía vos. Por el momento, está bueno que el Estado se haga cargo, que lo blanquee institucionalmente. Yo no sé si estoy de acuerdo con el proyecto, pero creo que es pionero que un Estado nacional se haga cargo de eso, y al mismo tiempo, al ser legal, te asegurás un lugar sano al cual acudir a comprar.

B: Yo tenía entendido que en el proyecto en una primera instancia no estaba contemplado el autocultivo pero que en una segunda instancia sí se contempló. Hubo mucha movida en Uruguay, mucha protesta, incluso había un flyer que decía “Legalización es autocultivo, que no te engañen”.

C: El tema es que si todos autocultiváramos le sacarías el negocio a alguien. Ese es el problema básicamente, creo.

A: Hay un documental que se llama The union, que es canadiense pero que tiene mucha impronta cultural yanqui, y los tipos te la dicen desde el lugar más materialista: es la verdura más cara que yo conozco. Entonces, es un negocio muy importante y hay gente que, si se legaliza o se despenaliza, lo va a perder. Es tan simple como eso.

B: También lo bueno de Uruguay, como vos, decís, es que se hace cargo y asume los problemas que hay con las sustancias desde un ámbito de la salud, porque lo que hay que hacer si hay problemas de adicciones es sacar a la persona del ámbito penal, porque si uno es un adicto a esta o a cualquier otra sustancia, lo menos que te puede llegar a ayudar es que te penalicen. La ley en la Argentina no penaliza al narcotraficante. Sólo el tres por ciento de los que detienen son intermediarios de narcos, todos los demás son chicos pobres, jóvenes y de villas. La ley que hay en Argentina no sirve y, justamente, penaliza al consumidor o al adicto, que son el eslabón más débil de la cadena, y los negociados siguen.

C: Pero también tiene que ver con no relacionar al que consume marihuana con un adicto. Obviamente que un adicto necesita ayuda, necesita protección, y eso me parece que hay que diferenciarlo. Y eso tiene que ver también con la falta de contenido de esto.

- ¿Es como decían recién, que hay más mitos que realidades?

C: Hay muchas realidades, como que la marihuana usada moderadamente te ayuda a controlar el estrés, cosas comprobadas científicamente que no son las que se conocen, sino que se conocen cuestiones nocivas que están vinculadas a la prensa de la marihuana, como a la prensa del tabaco también, el tabaco prensado como el que se vende legalmente en todo el comercio tiene los mismos elementos que se utilizan para prensar la marihuana, entonces me parece que habría que ver cuestiones muy positivas que tiene, no para sacralizarla, para hacer que la marihuana sea un dios, sino para ser realistas y saber desde dónde estamos partiendo, porque no podemos establecer una opinión con cuestiones que no son reales.

A: Yo he hablado con gente de Chile y de otros países, y en la Argentina es increíble la cantidad de gente que fuma. Mirá las marchas que hubo, con miles de personas.

C: Yo, particularmente en los ámbitos en los que he estado, desde la universidad hasta el trabajo, los amigos, el barrio, en todos lados se consume, pero no tiene que ver con las relaciones que uno tiene, tiene que ver con una cuestión social más general. Ya mucha gente consume y, lamentablemente, no puede ser libre de decirlo en la calle. Hay una cuestión de hipocresía.

A: Y también hay un cambio en la tolerancia. Yo, por ejemplo, los amigos que tengo que no consumen, que son los menos, tienen una cuestión de respeto y tolerancia, no se aparte al que fuma. En todo caso, se da entre la gente más grande, entre los de nuestra edad, no pasa nada.

C: Pero también depende del ámbito social. Yo tampoco he sido discriminado, pero depende de dónde uno esté es la represión cultural que va a sufrir.

B: Y hay también como una automarginación.

- Pero esos serían temores también fundados en 70 u 80 años de prohibición.

B: Sí, y hasta creés que estás haciendo algo malo. A mí me pasó que en un momento llegó un papel a mi casa de la municipalidad, por una cuestión de una construcción, que decía que en diez días, si no presentábamos unos papeles, iban a venir con la fuerza pública, y yo casi me muero, me empecé a poner mal, hasta que en un momento dije ¡no!, yo no soy una delincuente, sólo tengo plantas en mi casa, no me puedo andar sintiendo mal, no estoy haciendo nada malo. Y estás pensando siempre qué hago si me roban, ¿llamo a la policía?

C: Como que uno se siente perseguido, y si llegás a tener un problema legal, al fin y al cabo terminás desechando amparos legales o políticos como ciudadanos por no dar a conocer algo que hacés, que es real y sin embargo no es valorado, porque no participás de un montón de cosas y a veces hasta terminás sacando a un amigo del circuito en el que vos podrías haber entrado. No estás vendiendo ni nada de eso, estás cultivando para vos.

Alejandro Frias
 
http://www.mdzol.com/mdz/nota/404926-vida-verde-tres-cultivadores-de-marihuana-en-una-charla-exclusiva/

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