Charlamos con dos docentes (un hombre y una mujer) y con un locutor que cultivan su propia marihuana Dos de los
entrevistados pertenecen al grupo Mendoza Cultiva (mendozacultiva@gmail.com, también en
Facebook), en el que se agrupa gente que comparte experiencias, conocimientos,
semillas y demás.
El debate sobre la legalización del cultivo y consumo de marihuana, de tanto en tanto, salta a las tapas de los diarios, y en un país en el que hay libertades individuales que han sido reconocidas socialmente y protegidas y garantizadas por el Estado, pareciera que esto puede darse en cualquier momento.
El debate sobre la legalización del cultivo y consumo de marihuana, de tanto en tanto, salta a las tapas de los diarios, y en un país en el que hay libertades individuales que han sido reconocidas socialmente y protegidas y garantizadas por el Estado, pareciera que esto puede darse en cualquier momento.
Por
supuesto, no todos los sectores sociales están de acuerdo con que se legalice.
Los tabúes de las religiones, los valores de mucha gente y el millonario
negocio detrás de la marihuana son grandes impedimentos para que desde el
Estado se despenalice el consumo y el cultivo de cannabis.Sin embargo,
hay gente que tiene su propia plantación, no para producir para la venta, sino
sólo para el consumo personal.
Por razones
obvias, hemos obviado sus nombres, pero para que no todo sea tan anónimo,
dejamos en claro que A es el locutor, B es la docente y C es el docente.
- Partamos
de lo más esencial. ¿Por qué cultivan marihuana?
A: Yo, por varias razones. La primera
es porque en Argentina lo que se consigue en el mercado ilegal no es de buena
calidad, es el típico paragua prensado, que no se parece mucho a la marihuana.
Segundo, por que es muy lúdico, es muy divertido el hecho de cuidar la planta,
te genera toda otra pasión y te baja treinta mil cambios, lo mismo que otras
plantas. Y después, la principal razón, es que por qué no puedo plantar una
planta.
B: A mí me pasó que hubo una época en
Mendoza, hace un par de años, que había una sequía tremenda, y ahí me lo empecé
a plantear, y además hace bastante años que consumo, y cada vez lo que se
conseguía era de peor calidad, y también como que ya no me empezó a dar como
para meterme en algunos lugares, con alguna gente, y no me pintó más, entonces,
a través de un foro español me mandaron unas semillas. Y también es como él
decía, uno se empieza a meter en otros temas, porque tiene un grado de
complejidad que es toda una actividad nueva. Yo la primera vez que probé flores
fueron de las mías, antes no había probado, y realmente es otra la sensación,
porque una vez que empezás a consumir flores o a vaporizarlas, es como que te
olvidás de otras cosas. Yo dejé de consumir alcohol, al otro día no tengo
efectos secundarios, ese dolor de cabeza que te da el prensado, no pasa más.
Además está todo el tema de reivindicar tus derechos individuales, de decir, es
mi casa, es mi interioridad, tengo derecho a tener en mi casa lo que yo quiera.
C: Yo nunca fumé prensado, porque
conocía los efectos nocivos que tiene, y al mismo tiempo, lo que dicen ustedes,
cultivar es tu derecho y también te ayuda a tener una relación diferente en
torno a lo que se conoce como marihuana, que está establecido como tabú el
charlarlo solamente, pero en relación a lo que uno cultiva, estás sacando de un
circuito de comercialización a la planta, que quizás lo que te llega no es ni
siquiera marihuana. Yo en ese sentido empecé a plantar, en el sentido de
consumir lo que yo producía sin tener necesidad de recurrir a lugares que no
son muy aptos para una persona. Además, el 25 paraguayo prensado tiene un
montón de cosas que hacen mal, y en realidad plantar, regar la plantita, ver
cada día cómo va creciendo, como cualquier planta, como decías vos, no creo que
tenga una cuestión de fetiche.
A: Es como las abuelas que cuidan las
plantas. Mi vieja tiene sus plantas legales, y por ahí es interesante la charla
cuando le digo che, mirá, me parece que tiene mucho sol, ponele esto, ponele
auqello, o que no es época de poda, yo siempre partiendo del lugar mío, y uno aprende,
aprendés un montón, es un lindo hobby.
- Y para la
fertilización, el tratado de la tierra y demás, ¿no usan productos químicos?
B: No, nosotros usamos productos
orgánicos.
C: A mí me pasó que he plantado
diversas plantas, desde pimientos hasta marihuana, y son los mismos métodos, la
misma tierra. Para la fertilización le tirás cáscara de huevo o de cualquier
fruta y la regás, nada más, no se diferencia de los métodos de cultivo de
cualquier otro vegetal.
B. Tal vez lo que tiene como
diferencia es que tiene un fruto, entonces en el momento en que empieza a
florar y el fruto va creciendo hasta llegar al cogollo le tenés que poner
diferentes cosas, pero es verdad, lo que él dice, las plantas que dan frutos
utilizan los mismos elementos.
- ¿Creen que
hay cierta hipocresía de parte de la sociedad respecto de la marihuana? Históricamente,
muchas culturas han usado drogas, ¿por qué occidente las niega?
A: Es complejo el tema, es muy amplio.
Tenés desde intereses políticos y económicos directa o indirectamente
relacionados con la planta, como producto de consumo personal y hasta
industrial, hasta temas religiosos y morales de cada sociedad y persona.
B: Además de que con la planta hubo
una campaña sistemática de prohibición desde los años 30 de parte de Estados
Unidos. La prohibición parte desde Estados Unidos en 1937, creo, no me acuerdo
bien, por motivos raciales, porque la gente que consumía en ese época era la
que iba a los clubes de jazz, eran todos negros o mexicanos, entonces se empezó
a armar ahí como una estigmatización de esa gente, pero hasta esa época la
planta se utilizó en la farmacéutica, de hecho, se utiliza desde el año 8000ac
en forma medicinal, y hasta en la parte industrial. Por ejemplo, Ford, en esa
época, armaba parte de los autos con el cáñamo industrial, que tiene miles de
propiedades para ser explotado, entonces todo eso hizo como un combo que derivó
en una campaña prohibicionista que estuvo sostenida hasta ahora.
C: Yo creo que la privación, en el
sentido de prohibición y de tabú, se ha establecido en la cultura occidental en
diferentes ámbitos, no solamente en el de la marihuana, entonces encerrarnos
solamente en el tema de la marihuana nos va a impedir comprender un problema
que es más general. Si uno se pone a pensar, hay mucha hipocresía, porque hay
muchas cosas que en el ámbito público nadie las hace por miedo a una represión
moral o material. No sólo la marihuana está condenada, sino que hasta la
homosexualidad es criticada como si fuera una enfermedad.
B: Lo que se condena es todo lo que
más o menos te hace salir un poco del sistema. Volviendo a la marihuana,
también hay que desmitificar algunas cosas, porque, por ejemplo, hubo toda una
campaña en esa época con todas las cuestiones que son las que ahora nosotros
creemos, que es que hace mal, como que perdés la memoria y todo eso, que son
argumentos orquestados y que la gente que no conoce cree que es así. Yo, por
ejemplo, la primera vez que leí sobre la relación entre la marihuana y el
cáncer dije “pero qué confiada esta gente, cómo van a creer eso”, desde la
ignorancia total lo decía, y cuando empecé a leer y a estudiar me di cuenta de
que hay mucho silenciado.
C: Está silenciado, pero al mismo
tiempo yo creo que los consumidores que tenemos nuestras plantas tendríamos que
darle un contenido a esa idea, en el sentido de que no sea marihuana sí o
marihuana no. Hay que darle un contenido, porque, si no, tampoco entiende la
gente y todo queda en si la marihuana es buena o es mala.
B: Es que la marihuana no es buena ni
mala, eso es una realidad. La marihuana es una sustancia, y vos con la
sustancia tenés una relación.
C: Pero el tema es que nos centramos
en esa discusión, si es buena o mala, si te cura el cáncer, si te mata, eso no
te lleva a ningún lado. Hay que darle un contenido a la práctica que nosotros
hacemos, no ponerla “en oposición a”.
A. Después también hay una serie de
excusas de por qué a nivel legal esta planta está prohibida, y generalmente hay
muchos mitos, alimentados por el mismo tabú. El del cáncer es uno, por ejemplo,
o lo típico que decía mi viejo: la marihuana no es peligrosa, pero es el puente
a otras drogas más pesadas. Yo hace diez años que consumo cannabis y no me
interesa consumir otra cosa.
B: Yo dejé de consumir alcohol.
C: Yo no consumo alcohol y no fumo
tabaco ni consumo otra droga. Y al mismo tiempo, me parece que ese tabú también
está alimentado por el negocio.
B: Claro, porque es muy simple tener
marihuana en tu casa si querés. Se diferencia de otras drogas que a lo mejor
necesitan un proceso químico.
- Aunque
también hay una campaña comercial que se está explotando a nivel de grandes
empresas, con remeras y otros productos con la hoja, que, en todo caso,
distancia el debate de lugar desde el que lo plantean ustedes.
B: Por supuesto. E incluso dentro del
mismo activismo te encontrás con eso personajes que no sabés muy bien cuáles
son sus intenciones. Es como en todos los ámbitos de la vida, donde hay
cuestiones políticas, cuestiones comerciales. Nosotros tenemos un grupo y por
ahí no nos juntamos con otros grupos u otra gente porque vemos cuáles son sus
movidas, te das cuenta de que no están defendiendo la planta, sino que están
haciendo negocio. Te vas dando cuenta de quién es quién.
“En la
Argentina es increíble la cantidad de gente que fuma”
Por
supuesto, la legalización también fue tema para esta mesa. Y, claro, el caso de
Uruguay debía estar presente. En este punto fue en el que los invitados dejaron
bien clara su posición: no se trata de cambiar de manos el negocio, sino
permitir el autocultivo, además de que se detuvieron también en la legislación
que pena al consumidor y, peor aún, al adicto.
Respecto de
la despenalización, B fue muy clara: “Yo creo en los derechos individuales
sobre todo, y nosotros en la Argentina tenemos un derecho individual que está
siendo violado. La Constitución, en el artículo 19, dice que en nuestro hogar,
mientras no afectemos la salud de terceros, podemos hacer lo que queramos, y no
podemos hoy por hoy hacer esto. Lo que sí creo es que, para despenalizar, la
gente tiene que tener otro tipo de conocimiento, de información, para que
conozca y pueda decidir desde ese lugar, no desde el lugar en el que estamos
ahora, que no sé si estamos en condiciones de hacerlo”.
- ¿Qué les
parece el proyecto de Uruguay?
A: Desde lo que yo tengo entendido y
leído, se partió del hecho de que el negocio básicamente pasaba de manos. De
ser un negocio ilegal se pasa a una situación de querer blanquearlo el Estado,
que iba a cultivar o a tercerizar el cultivo y vender, pero no se hablaba mucho
del autocultivo. Particularmente, desde ese punto no estoy de acuerdo, porque
es un cambio de manos. Uno en lugar de ir al mercado ilegal termina yendo a
comprarle al Estado.
C: Ahí me parece que una cuestión
positiva y otra negativa. La positiva es que el Estado se está haciendo cargo
de blanquear una situación que existe, y eso está bueno, porque no pasa
desapercibido todo lo que está pasando en todo lo que tiene que ver con el
consumo, y al mismo tiempo está sacando un circuito de comercialización
de los narco. Pero también es verdad lo que decía vos. Por el momento, está
bueno que el Estado se haga cargo, que lo blanquee institucionalmente. Yo no sé
si estoy de acuerdo con el proyecto, pero creo que es pionero que un Estado
nacional se haga cargo de eso, y al mismo tiempo, al ser legal, te asegurás un
lugar sano al cual acudir a comprar.
B: Yo tenía entendido que en el
proyecto en una primera instancia no estaba contemplado el autocultivo pero que
en una segunda instancia sí se contempló. Hubo mucha movida en Uruguay, mucha
protesta, incluso había un flyer que decía “Legalización es autocultivo, que no
te engañen”.
C: El tema es que si todos
autocultiváramos le sacarías el negocio a alguien. Ese es el problema
básicamente, creo.
A: Hay un documental que se llama The
union, que es canadiense pero que tiene mucha impronta cultural yanqui, y
los tipos te la dicen desde el lugar más materialista: es la verdura más cara
que yo conozco. Entonces, es un negocio muy importante y hay gente que, si se
legaliza o se despenaliza, lo va a perder. Es tan simple como eso.
B: También lo bueno de Uruguay, como
vos, decís, es que se hace cargo y asume los problemas que hay con las
sustancias desde un ámbito de la salud, porque lo que hay que hacer si hay
problemas de adicciones es sacar a la persona del ámbito penal, porque si uno
es un adicto a esta o a cualquier otra sustancia, lo menos que te puede llegar
a ayudar es que te penalicen. La ley en la Argentina no penaliza al
narcotraficante. Sólo el tres por ciento de los que detienen son intermediarios
de narcos, todos los demás son chicos pobres, jóvenes y de villas. La ley que
hay en Argentina no sirve y, justamente, penaliza al consumidor o al adicto,
que son el eslabón más débil de la cadena, y los negociados siguen.
C: Pero también tiene que ver con no
relacionar al que consume marihuana con un adicto. Obviamente que un adicto
necesita ayuda, necesita protección, y eso me parece que hay que diferenciarlo.
Y eso tiene que ver también con la falta de contenido de esto.
- ¿Es como
decían recién, que hay más mitos que realidades?
C: Hay muchas realidades, como que la
marihuana usada moderadamente te ayuda a controlar el estrés, cosas comprobadas
científicamente que no son las que se conocen, sino que se conocen cuestiones
nocivas que están vinculadas a la prensa de la marihuana, como a la prensa del
tabaco también, el tabaco prensado como el que se vende legalmente en todo el
comercio tiene los mismos elementos que se utilizan para prensar la marihuana,
entonces me parece que habría que ver cuestiones muy positivas que tiene, no
para sacralizarla, para hacer que la marihuana sea un dios, sino para ser
realistas y saber desde dónde estamos partiendo, porque no podemos establecer
una opinión con cuestiones que no son reales.
A: Yo he hablado con gente de Chile y
de otros países, y en la Argentina es increíble la cantidad de gente que fuma.
Mirá las marchas que hubo, con miles de personas.
C: Yo, particularmente en los ámbitos
en los que he estado, desde la universidad hasta el trabajo, los amigos, el
barrio, en todos lados se consume, pero no tiene que ver con las relaciones que
uno tiene, tiene que ver con una cuestión social más general. Ya mucha gente
consume y, lamentablemente, no puede ser libre de decirlo en la calle. Hay una
cuestión de hipocresía.
A: Y también hay un cambio en la
tolerancia. Yo, por ejemplo, los amigos que tengo que no consumen, que son los
menos, tienen una cuestión de respeto y tolerancia, no se aparte al que fuma.
En todo caso, se da entre la gente más grande, entre los de nuestra edad, no
pasa nada.
C: Pero también depende del ámbito
social. Yo tampoco he sido discriminado, pero depende de dónde uno esté es la
represión cultural que va a sufrir.
B: Y hay también como una
automarginación.
- Pero esos
serían temores también fundados en 70 u 80 años de prohibición.
B: Sí, y hasta creés que estás
haciendo algo malo. A mí me pasó que en un momento llegó un papel a mi casa de
la municipalidad, por una cuestión de una construcción, que decía que en diez
días, si no presentábamos unos papeles, iban a venir con la fuerza pública, y
yo casi me muero, me empecé a poner mal, hasta que en un momento dije ¡no!, yo
no soy una delincuente, sólo tengo plantas en mi casa, no me puedo andar
sintiendo mal, no estoy haciendo nada malo. Y estás pensando siempre qué hago
si me roban, ¿llamo a la policía?
C: Como que uno se siente perseguido,
y si llegás a tener un problema legal, al fin y al cabo terminás desechando
amparos legales o políticos como ciudadanos por no dar a conocer algo que hacés,
que es real y sin embargo no es valorado, porque no participás de un montón de
cosas y a veces hasta terminás sacando a un amigo del circuito en el que vos
podrías haber entrado. No estás vendiendo ni nada de eso, estás cultivando para
vos.
Alejandro
Frias
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