
En declaraciones a los medios de comunicación a su salida de la ponencia, Babín recordó que la mayor parte de estas asociaciones contempla en sus estatutos actividades que, en el caso de desarrollarse, podrían resultar "delictivas". En este punto, señaló que es el Código Penal el instrumento en el que se define el catálogo de delitos existentes en la legislación española y que esta es una competencia estatal. Por ese motivo, expresó sus "dudas" respecto a la posibilidad de que las instituciones vascas puedan establecer una regulación específica sobre los clubes de cannabis si en ellos se realizan actividades de cultivo y distribución de esta sustancia. En este punto, precisó que el cultivo de cannabis en muy pequeñas cantidades no se considera delito si está destinado al consumo propio.

Riesgos sanitarios Al margen de las consideraciones legales, alertó del riesgo que puede suponer cualquier forma de "beneplácito" a la distribución y cultivo de la marihuana, puesto que esto derivaría en un incremento del consumo y en una disminución de la edad de inicio en la utilización de esta sustancia. Estas dos consecuencias, a su vez, se traducirían, en su opinión, en un incremento de los problemas sanitarios que implica el consumo de cannabis y en un aumento de los costes sociales y sanitarios por este motivo.
El delegado del Plan Nacional sobre Drogas respondió a quienes cuestionan la gravedad de los perjuicios que el cannabis ocasiona sobre la salud. Según destacó, está "perfectamente demostrado" que el consumo de esta sustancia "facilita" la aparición de psicosis en determinados colectivos. Por ese motivo, lamentó que se esté produciendo una "banalización" de los riesgos que implica.
Babín explicó que si estos clubes se limitan a actividades de debate, no existe problema alguno para que puedan inscribirse en el registro de asociaciones, incluso sin la necesidad de llevar a cabo un cambio de la legislación actual.

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