Los cuerpos
policiales, pero en especial la Guardia Civil que tiene la competencia de
vigilar la seguridad de las zonas rurales, activan a finales de agosto y
durante este mes operativos específicos para detectar plantaciones. Saben que
en estas fechas las plantas que se cultivan en el exterior están listas para la
recolección y, dependiendo de la variedad, adquieren un tamaño importante,
resultando a veces visibles desde el exterior de las parcelas.
Los datos
policiales evidencian una proliferación de estos cultivos caseros. En los doce
primeros días de septiembre 13 personas han sido arrestadas y otra imputada en
la provincia. La mayoría de las detenciones han sido efectuadas por la
Benemérita: 5 por componentes de la Comandancia de Cádiz y 8 por agentes de la
demarcación del Campo de Gibraltar. La última se conocía ayer. Agentes del
puesto de Guadiaro apresaban a un individuo que había instalado un invernadero
en el interior de su casa. En total le requisaron 20 plantas.Sin embargo,
este goteo de detenciones a pequeños cultivadores de cannabis se queda en nada
cuando llega la hora del procesamiento.
Como reconocía ayer la fiscal delegada Antidroga de Cádiz, Ana Villagómez : «La mayoría de los casos no llegan a juicio. Son asuntos donde constan pocas plantas y no se puede probar que es para vender a terceros. Por eso no presentamos acusación».
Como reconocía ayer la fiscal delegada Antidroga de Cádiz, Ana Villagómez : «La mayoría de los casos no llegan a juicio. Son asuntos donde constan pocas plantas y no se puede probar que es para vender a terceros. Por eso no presentamos acusación».
La ley
permite el cultivo para el autoconsumo, de ahí que funcionen sin problemas
comercios dedicados a la venta de semillas y productos específicos para su
plantación y cuidado. El delito se comete cuando lo recolectado tiene como
destino el tráfico de drogas.
La frontera
de lo legal y lo ilícito no siempre está clara, a tenor de las numerosas
detenciones que llegado el mes de septiembre se producen en los últimos años y
los pocos casos que llegan a juicio. Villagómez reconoce que no hay un número
de plantas definido por jurisprudencia a partir del cual se entiende que es
delito. Entre otros aspectos porque de una planta se considera marihuana y por
tanto sustancia estupefaciente «un 20%» de su peso total.
«Debe ser una cantidad importante pero se necesitan otros indicios complementarios como herramientas para preparar la droga para el cliente (envases, báscula...); que la persona investigada haga contactos con terceros para distribuir la sustancia...». Un conjunto de pruebas que en muchos casos no se obtienen, de ahí los archivos masivos de estos casos.
«Debe ser una cantidad importante pero se necesitan otros indicios complementarios como herramientas para preparar la droga para el cliente (envases, báscula...); que la persona investigada haga contactos con terceros para distribuir la sustancia...». Un conjunto de pruebas que en muchos casos no se obtienen, de ahí los archivos masivos de estos casos.
De los pocos
precedentes que hay de juicios contra cultivadores de cannabis, el último fue
sentenciado en marzo de este año a 18 meses de cárcel -una pena eludible si no
se tienen antecedentes- tras requisarle 56 plantas. El procesado alegó que es
consumidor habitual.
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