diumenge, 21 d’octubre del 2012

Informe Jalisco "Más allá de la guerra de las drogas"


El cálculo del número de consumidores a nivel mundial no es fácil porque no en todos los países existe información confiable, pero la estimación va de 153 a 300 millones de personas. Suponiendo que se trate de la cifra más alta esto representa 6.6 por ciento de la población mundial entre los 15 y los 64 años de edad. El problema grave de consumo es de los países ricos: entre Estados Unidos y Europa, que son 15 por ciento de la población mundial, se meten 70 por ciento de la cocaína. Esto es, si quitamos a Estadios Unidos y a Europa de la estadística mundial el problema del consumo en el mundo estará en menos de 3 por ciento de la población.

El valor del mercado global de las drogas podría estar alrededor de los 400 mil millones de dólares, cifra similar al Producto Interno Bruto de Venezuela, de los cuales poco más de una tercera parte corresponde a la marihuana. La mayor parte del valor agregado de las drogas se queda en los países consumidores y muy poco en los productores o distribuidores.

La marihuana en México, que es país productor, cuesta menos de cien mil dólares la tonelada. En Estados Unidos, que cada vez produce más, pero sigue siendo deficitario, llega a 2 millones de dólares, es decir se multiplica por 20 (se estima que Estados unidos consume poco más de 4 mil toneladas de hierba al año, o lo que es lo mismo 24 mil millones de cigarros). La cocaína, que no se produce en México, pero que se distribuye desde acá, cuesta en en país 12.5 millones de dólares por tonelada en el país; en Estados Unidos llega a 28.5 millones de dólares los mil kilos.

De acuerdo con una encuesta levantada por consulta Mitofsky encargada especialmente para este libro los mexicanos somos poco adeptos a la idea de la despenalización de las drogas. La marihuana que es la menos mal vista de las drogas prohibidas, tiene a penas 18.5 por ciento de voluntades a favor de la despenalización. El resto de las drogas (alucinógenos, cocaína, 'tachas', psicotrópicos y solventes) no llegan a cuatro por ciento de personas que consideran su despenalización.

La mejor forma de desmitificar el mundo de las drogas y comenzar un proceso serio que nos permita tener una mirada distinta al problema, y por tanto aspirara a soluciones distintas, es abriendo el debate. Hay que mantener el combate al crimen organizado, pero sobre todo hay que cortarle los flujos a esos grupos y eso sólo se logra legalizando. Entre más debatamos el tema y más información circule más rápido llegaremos a encontrar nuevas salidas para este problema.

En la guerra contra las drogas sigue faltando una estructura local de responsabilidad y diseño en la toma de decisiones sobre las políticas públicas relacionadas en el tema, pero también, señalan especialistas dejar de ver el problema como un asunto de inseguridad, delincuencia, delito y persecución sino como un mundo social complejo con sus costumbres, adicciones, valores, convivencia y de salud.

Héctor Aguilar Camín quien señaló que a pesar del combate contra el crimen organizado no se ha reducido el consumo y tráfico de las drogas. "Las políticas contra las drogas no puede seguir como está, sostenida, al precio que sea, en la práctica de un consenso prohibicionista cuyos costos son más grandes que los beneficios".


Alejandro Madrazo, académico e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), enfocó su análisis en el sistema de procuración de justicia, señaló que antes del año 2006 había mayor eficacia, sin embargo a partir de que el Gobierno Federal decide perseguir todos los delitos, el sistema "empeora".


 

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