La reciente legalización de la marihuana en los
estados de Washington y Colorado, en Estados Unidos, además de ser motivo del
festejo de fumadores de marihuana y pensadores liberales por igual, merece un
análisis detallado de las claves que propiciaron su triunfo en las urnas. El
éxito de estas emiendas tiene como eje conductor la organización política de la
sociead civil para persuadir al electorado utilizando los mismos mecanismos de
propaganda y difusión que tradicionalmente determinan el éxito de una campaña,
entre partidos, en Estados Unidos: los medios de comunicación, las donaciones,
el apoyo de figuras públicas reconocidas y los mensajes estratégicos orientados
a sectores específicos de la población. Pero más allá de esta cohesión
sociopolítica, la realidad es que el terreno en estos estados había sido
preparado por décadas de evolución en cuanto a las políticas relacionadas con
las drogas y la libertad de la información. Esto quizás sea lo más importante
si se quiere iniciar un movimiento en pro de la legalización de la marihuana en
cualquie sitio: empezar desde ya a concientizar a la población de los
verdaderos efectos de la marihuana, incluyendo sus propiedades medicinales,
informar sobre las consecuencias de la guerra contra las drogas e intentar
propagar este mensaje a una mayor audiencia, lo cual puede exponenciarse
rápidamente si se logra que se sumen celebridades o autoridades
legitimadas.
En Washington vemos calaramente como las cosas
han cambiado. Hace 25 años, el gurú de las revistas de viajes Rick Steves llamó
por teléfono a una estación de radio para manifestar su opinión en contra de
las leyes que penalizan el consumo de marihuana en Estados Unidos. En esa
ocasión Steves tuvo que dar un nombre falso, ya que hacer pública su opinión en
ese momento podría haberle causado problemas en su negocio. Y es que hay que
recordar que existe todavía en Estados Unidos la herencia de la propaganda
anti-marihuana de los famosos Reefer Madnesss, películas y anuncios que
proyectaban una imagen de la marihuana como una droga temible que podía
convertir a los jóvenes en zombies –o peor hacerlos caer en conductas sexuales
deshinibidas. En el 2011, las cosas habían cambiado y Steves fue, utilizando
toda su fama, una de los promotores más vocales de la campaña para legalizar la
marihuana en Washington. Este jueves 6 de diciembre las mieles de este trabajo
político podrán ser cosechadas, cuando entre en efecto la nueva ley, y cientos
de personas “despeguen” en una celebración bajo la emblematica Aguja Espacial
de Seattle.
Washington y Colorado fueron dos de los primeros
estados en los que se legalizó la marihuana médica, por lo que tuvieron tiempo
para esparcir esta cultura y desengañar a la sociedad. Sin embargo, los
activistas habían chocado con pared en ocasiones anteriores. En el 2006 en
Colorado se había votado en contra de legalizar la posesión de una onza de
marihuana; en el 2010 en Washington ni siquiera pudieron llevar la propuesta a
las urnas. Uno de los aspectos que inclinó la balanza fue dar a conocer la
injusticia que significa en muchos casos pasar años en la cárcel por fumar
marihuana, algo que solamente se llega a entender bien cuando personas que fuman
marihuana son parte de la comunidad y muestran no ser de ninguna manera lo que
se piensa como un criminal
Desde su fundación el National Organization for the Reform of Marijuana Laws, una organización civil de carácter nacional, se ha enfocado en difundir la injusticia de las leyes en contra del uso de la marihuana recreacional (desde 1965 más de 20 millones de estadounidenses han ido a la cárcel por una ofensa relacionada a la marihuana). Esta y otras organizaciones se han encargado de dar a conocer datos duros sobre los efectos de la guerra contra las drogas.La inefectividad de la política anti-legalización se ve ilustrada por el hecho de que en 1991 los arrestos por marihuana en Estados Unidos eran menos de 1 tercera parte de todos los arrestos relacionados con las drogas, actualmente son más del 50% –el 90% por pequeñas cantidades– y evidentemente la marihuana sigue siendo fácil de conseguir.
Para la campaña política pro
legalización, señala el abogado Brian Vicente, una de las personas que
escribió la enmienda 64 en Colorado, fue importante tomar en cuenta que
muchas personas no están a favor de la marihuana o no les gusta, pero existe un
deseo ferviente por acabar la guerra contra las drogas. “Si podemos enfocar
nuestra atención en las ganancias económicas, en cómo podríamos redirigir los
recursos de policías y generar conciencia en lugar de enfocarnos en la
marihuana, ese mensaje funciona”. El primer anuncio de TV en Washington el
verano pasado mostraba a una mujer madura diciendo que no le gustaba la
marihuana, pero que adherirle un impuesto llevaría dinero para las escuelas y
hospitales y liberaría recursos policiales (según cifras de la campaña el
anuncio aumento la aceptación de la enmienda en mujeres de 30 a 50 años
un 18%). Es necesario construir un mensaje no para personas que fuman
marihuana.
Otra de las claves fue encontrar
mensajeros. Steves regularemente aparece en programas de radio y TV y tiene el
aspecto de un”nerd creíble”, como el mismo lo dice. En el 2008 el ex fiscal de
Seattle y miembro de una longeva familia republicana, John Mckay, se sumó a la
campaña y exhortó a regular la marihuana como se hace con el alcohol. Pete Holmes,
ex director de salud, directivos de la Universidad de Washington y la editorial
del Seattle Times también se subieron a la campaña, aportando respetabilidad a
la enmienda.
Otro de los aspectos importantes fue escribir la
enmienda de manera que se ajustara a la idiosincracia el lugar. En Colorado,
con una enorme industria de marihuana médica y mayor población universitaria,
la ley que se pasó permite crecer marihuana en casa y no contempla un límite de
consumo para el manejo; en Washington se pudo incluir el límite para conducir y
prohibir la cosecha casera (además de que se mostraron estudios de que la
legalización podría traer 500 mil millones de dólares al año para las escuelas,
el sistema de salud y la prevención). Cada sociedad es distinta.
En Washington, la campaña
logró conseguir donaciones de hasta 1.6 millones de dólares, dinero suficiente
para luchar contra el siempre afluente dinero de los conservadores.
Colorado también recibió generosas donaciones.Celebridades y empresarios
están ahora a favor de la legalización y tienen los medios para hacerlo
realidad –pese a la fallida propuesta de California en el 2009.
En el 2014 y en el 2016 vendrán nuevas
oportunidades de legalizar la marihuana en Estados Unidos. Según el sitio Marijuana Mayority,
que recopila opiniones en favor de la legalización de personas tan dispares
como Glenn Beck, Rahm Emanuel, Mick Jagger o Pamela Anderson, el 50% de los
estadounidenses está a favor de la legalización; el 81% a favor de la
legalización de la marihuana médica y el 72% a favor de que el consumo no sea
penalizado con cárcel. El camino está siendo zanjado desde ahora y hay algo
sumamente prometedor, el recambio generacional. “Algo está pasando y no sólo
está pasando en Washington y Colorado”, dice Andy Ko, de la Campaña para New
Drug Policy del Open Society Foundations. “La reforma de la marihuana en este
país sucederá al tiempo que los viejos votantes se desvanecen y llegan los
jóvenes. Los legisladores ya no ven esto como algo que puede causarles un costo
político”.
En Uruguay hemos visto también un paso importante al regular
el estado la venta de marihuana. Portugal y Holanda son casos de éxito en
la decriminalización. En México la legalización no parece estar cerca –pese a
que los ex presidentes, al concluir su término suelen pronunciarse a favor–,
especialmente porque el tráfico de marihuana de este país concentra un enorme
negocio para bancos internacionales (HSBC y Wachovia son algunos de los que se
ha demostrado que han lavado dinero del narco) y la guerra contra las drogas
que ocurre en México detona un negocio (en la venta de armas) y una agenda
política de control (agencias de inteligencias y policías desplegadas y una
sociedad en un estado de temor) que por el momento parece ser inamovible
en la verdadera intencionalidad política de Estados Unidos. Pero si empezamos a
ver nuevos estados en Estados Unidos legalizar la marihuana y los casos son
exitosos y países como México empiezan a crear organizaciones civiles que
activamente informen y cabilden a favor de propuestas como la
descriminalización o castigos más blandos a los consumidores, seguramente
estaremos más cerca de ese paso evidente de libertad responsable que es poder
fumar marihuana sin ser llevado a la cárcel y de dar un golpe a la mafia
mundial que controla el negocio –la guerra– de la droga.
Noticia: http://pijamasurf.com/2012/12/como-hacer-que-se-legalice-la-marihuana-siguiendo-los-ejemplos-de-washington-y-colorado/
Noticia: http://pijamasurf.com/2012/12/como-hacer-que-se-legalice-la-marihuana-siguiendo-los-ejemplos-de-washington-y-colorado/
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