Desde la CatFAC queremos mostrar nuestra preocupación por la
imagen que estos días se está generando sobre el movimiento cannábico, del cual
formamos parte, con noticias y titulares que a menudo se dejan parte de la
fotografía para mostrar.
Estos últimos días estamos asistiendo a un nuevo ciclo en
las políticas de drogas, un ciclo que mucho más allá de incorporar otro
producto más al mercado comercial, busca un cambio de percepción y de gestión
diferenciada de otras drogas como el tabaco o el alcohol. Reconocemos la
problemática que las drogas causan a la sociedad, por eso nuestro modelo se
basa en la reducción de riesgos y los valores sociales de una sustancia que
perseguida durante años se ha convirtió por su carácter prohibitivo en un
producto generado y gestionado por los usuarios.
Desde CatFAC abogamos por un sistema social, con
asociaciones que respetan la democracia participativa, la autogestión y sin ánimo
de lucro, esto nos ha traído a
participar con otros sectores sociales más consolidados en busca de consejos y
participando activamente en la construcción de una alternativa que realiza acciones y servicios de interés general, que
fabrican ciudadanía, que construyen cohesión e inclusión social, que luchan
contra la pobreza y la discriminación, evitando que los colectivos más
sensibles de nuestra sociedad queden al margen de unos niveles mínimos de
bienestar social, llegando donde ni la Administración Pública, ni el mercado
pueden hacerlo.
Una sustancia consumida por un gran número de ciudadanos y
que ha conseguido la aceptación social por su propuesta de regulación, basada
en la autogestión y prevención, las intervenciones de la administración están
sacando a la luz la vulnerabilidad del modelo debido a la inacción de las
administraciones. La puesta en marcha por parte del ayuntamiento de una regulación
de las asociaciones Cannàbicas está sacando a relucir las diferentes
interpretaciones que han surgido del modelo, una situación que desde CatFAC
hemos denunciado desde el principio.
Los asociados y asociadas de CatFAC somos persones consumidoras
de cannabis que defienden su derecho a
decidir sobre lo que consumimos o no, aportando una contrapropuesta que
pretende acabar con el mercado negro poniendo la salud de las persones
consumidoras como centro de acción. Somos asociaciones sin ánimo de lucro,
democráticas, que participamos activamente con otros movimientos sociales y que
queremos aportar nuestro granito de arena para mejorar nuestro entorno.
En todos los ámbitos, desgraciadamente, siempre podemos
encontrar mejores, peores, buenas y malas prácticas. Desde la CatFAC llevamos
tiempo de intensa lucha para conseguir un modelo de regulación que establezca
unas normas claras para todo el mundo y unos mecanismos de control con total
transparencia. Somos conscientes que romper con las políticas prohibicionistas instaladas
hasta ahora y hablar de reducción de riesgos, de daños o gestión de placeres
supone un grande y complicado paso adelante. Pero estamos dispuestos a hacer lo
que haga falta y someternos a los controles más exhaustivos para demostrar que
el modelo que proponemos puede funcionar.
La administración actúa con la intención de regular la
actividad de las asociaciones cannàbicas, aunque sus actuaciones van en el
camino contrario a la propuesta que desde la federación defendemos, condiciones
como la limitación de asociaciones, la implementación de licencias de
actividades con requisitos de pública concurrencia, la prohibición y
persecución de los cultivos, derivan a que las asociaciones no puedan
desarrollar su actividad sin grandes inversiones económicas para adaptarse a la
situación. Haciendo que los modelos comerciales sean los únicos capaces de establecerse
y cómo sabemos la mercantilización de cualquiera sustancia no vela por los
intereses de las persones consumidoras, hay que sustituir el sistema económico
que hace que la marihuana sea otro artículo de consumo.
Llevamos un tiempo de “prueba” donde desgraciadamente la
administración pública, por la propia maquinaria que gestiona, no ha dado
respuesta a la realidad de la calle y esto ha generado más de un modelo, sin
aclarar qué era lo permitido. Ahora es el momento de establecer límites,
normas, públicas y claras, y en esto, como siempre hemos dicho, la CatFAC colaborará
siempre. Mientras tanto, nuestro trabajo sigue centrada en el diseño de
mecanismos de control, sistema de auditorías internas, cumplimiento del Código
de Buenas Prácticas y todas aquellas herramientas que estamos desplegando para
dar forma al modelo que entendemos que es beneficioso para todas y todos.
Esperamos, con todo, que la administración dé un paso
adelante escuchando las propuestas y estableciendo un modelo gestión que se
adecue a la realidad y tenga en cuenta el trabajo que está realizando.
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